¿Qué necesitamos?
- Pechugas de pollo.
- Jamón (serrano o york).
- Queso tipo Philadelphia.
- Aceite.
- Sal, pimienta, tomillo, etc.
¿Cómo lo hacemos?
Cortamos las pechugas a la mitad, abriéndolas como si fuera un libro. Untamos el interior con el queso y añadimos el jamón. Cerramos y salpimentamos (hay que acordarse que el jamón serrano ya tiene sal, hay que ponerle menos).
Ponemos un poco de aceite en una fuente de horno, las pechugas, un poquito de aceite por encima y hale, al horno hasta que estén doraditas.
Ñam ñam.
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